viernes, 20 de marzo de 2009

Milán

Decidimos comprar los billetes a Milán por tratarse de una oferta muy buena de AirBerlin. La verdad es que en principio no era una ciudad que pensara visitar, pero surgió la oportunidad y allí que nos fuimos. Por los comentarios que había escuchado, esperaba una ciudad fea, gris, pija... Lo que viene a ser una Düsseldorf italiana (jajajaja). Sin embargo, la ciudad me sorprendió para bien.

El viernes nos plantamos allí y nos encontramos con Sara, Kike y Luisca (gracias a los tres por todo) que nos fueron a recoger a la estación de trenes. Rápido, rápido... corre, corre. Tuvimos que darnos prisa para llegar a cenar al sitio que había reservado Sara. Dejamos las cosas en la casa retro de Kike y directos al restaurante. La comida buena y la compañía mejor. (Nota mental: Jesús, ¿por qué insistes en beber vino?). De la cena nos fuimos a una calle de bares que fue de lo menos pijo que vimos en Milán. Allí nos llevaron a un sitio que se llama el Benzinaio (o algo así) que se supone que significa "gasolinera" porque una copa de ese sitio es como beber gasolina :P. Sin embargo, como alemán que soy yo fui fiel a la cerveza. La verdad es que fue muy agradable estar en la calle sin morir del frío después de tanto tiempo. No es que hiciese ya calor de verano en Milán, pero sí que había bastante más calor que en Düsseldorf. Además, en ese momento llegó Salva que había hecho otra de sus rutas épicas en coche. Después de un rato nos fuimos a otro bar cercano a seguir charlando y tomando algo hasta que nos echaron. Momento en el que pudimos disfrutar de una "entretenida" pelea a lo película cutre, con gente rompiendo botellas y todo. Después de tan magnífico espectáculo tocaba recogernos, así que cada quien para "su" casa, no sin antes pasar por la Galleria Vittorio Enmanuele a bailar el vals con Vicky. Bailamos tan bien que hasta el conserje de un hotel se asomó al balcón a jalearnos (en realidad salió a gritarnos que nos callásemos, pero en medio de la alegría etílica quién iba a saberlo). Al llegar a casa de Kike todavía tuvimos tiempo para tomarnos un par de chupitos de limonccello (mala idea, mala idea :P) y para hablar de lo divino y de lo humano (más bien de lo humano).


El sábado por la mañana nos levantamos y desayunamos. Gran error. Mejor dicho, gran error la bebida del día anterior, porque terminé vomitando (se está convirtiendo en una costumbre) dos veces en casa de Kike (lo siento). La primera sorpresa fue comprobar que hacía sol. ¿Sol?, ¿eso qué es? Pues allí estaba para hacerlo todo más bonito. Empezamos la vistita paseando por Milán de camino al Castello de Milán (o cómo se llame). En realidad, no es que algo fuese especialmente espectacular, pero el ambiente y sobre todo el sol hicieron que disfrutásemos muchísimo de la visita. De allí nos fuimos dirección al Duomo: la verdadera maravilla de Milán. Antes paramos un momento a comernos un Panzerotto, una especie de pizza cerrada, pero frita (sí, CALORÍAS VENGAN A MÍ), rellena de mozzarela y tomate. He de decir que estaba buenísimo (uhmmm Pazerotto). Por fin llegamos al Duomo. ¡Qué bonito es! Pero lo mejor fue que subimos a la azotea de la iglesia y TOMAMOS EL SOL ALLÍ. No hay nada como eso. ¡Qué grande! Nosotros en lo alto de una iglesia tomando el sol. De lo mejor. Sin embargo, había que seguir con la visita y nuestra siguiente parada fue, nada más y nada menos, la oficina de Milán. Muy en consonancia con la ciudad: pija y de diseño. La verdad es que es muy guay, pero lo mejor son las vistas que se gastan: magníficas. Terminamos el día (que no la noche) dando un paseo por la zona de tiendas pijas en la que había como 80 tiendas de Dolce & Gabbana, incluso entramos a una (por cierto, que olía muy mal jajaja). De nuevo a casa a cambiarnos para llegar a la reserva que teníamos para el aperitivo. El aperitivo consiste en que pagas un precio fijo por la bebida (en nuestro caso 10€) y puedes comer todo lo que quieras de un buffet. La verdad es que estuvo muy bien. Comimos en la terraza (por suerte yo estaba junto al calefactor) y pasamos un buen rato hablando y riéndonos. Al salir nos fuimos a una discoteca (a donde el diablo perdió los calzones) que Kike conocía. Una noche muy divertida, bailando y chocando (sí, chocando).






La mañana del domingo nos levantamos, desayunamos (no vomité) y salimos a pasear y a buscar un sitio para comer. Terminamos en una zona que tienen un canal (no sé cómo se llama) y allí comimos una pasta muy buena (uhmmm pasta). Después, volvimos a pasear otro poco, vimos de nuevo la Catedral y visitamos una plaza de lo más curiosa: La Piazza dei Mercanti. No es que tuviese nada especial a primera vista, pero la plaza tiene un techo hecho a base de arcos y está construida de tal forma que si hablas a un extremo de un arco, lo que se dice se escucha desde el otro extremo del arco. Puede parecer una tontería, pero yo lo encontré fascinante. Después ya no quedó tiempo para más. Nos despedimos e hicimos nuestro camino de vuelta a Düsseldorf.




No sé si fue el sol, el ambiente, la compañía u otra cosa. La cuestión es que disfruté mucho de nuestra visita a Milán. Es cierto que no es Roma, pero tiene su espíritu. Muchas gracias a nuestros anfitriones por enseñárnoslo.

2 comentarios:

Kike dijo...

Jesús, justo acabo de publicar la visita en mi blog!! Daros las gracias a vosotros por visitarnos! Y recuerda que siempre tendreis casa si quereis sol!

Kualalu dijo...

a) Lo tuyo con los vómitos es lamentable ya... A ver si muestras un mínimo de dignidad en alguna visita, que ya tienes una edad...

b) Cuando yo estuve en Milano, era septiembre, y lo que hacíamos en la azotea del Duomo era HUIR del sol, porque estábamos a 38ºC y al borde del colapso xD

c) Deja de poner comentarios tipo "Uhmmm..." después de cada cosa que comes. Normal que vayas a llegar rodando hasta Malasia xD

d) Lo de los arcos, es más viejo que América, y en tu país natal hay un montón de "arcos transmisores de sonido". A ver si viajamos más xD Por cierto, en Pekín, destino chino que no te dieron, hay un templo cuyas paredes hacen lo mismo. Algún día lo verás... xD

PD: Como siempre, gran crónica! ;)