lunes, 27 de octubre de 2008

Un día en Colonia

Sí, fuimos a Colonia y sí, fue hace dos semanas (concretamente en el puente del Pilar), pero no había escrito nada porque Patricia y Lorena (las brujas malvadas del Mago de Oz) no me habían pasado las fotos: pérfidas, más que pérfidas. Bueno, en realidad tiene que ver eso y que soy un vago, pero esto último es totalmente secundario si se tiene en cuenta lo otro: pérfidas, más que pérfidas.

Bueno, empecemos por el principio. El principio en el caso de Colonia podría ser el camino de ida en el tren (que también tengo fotos), pero técnicamente todavía no estás en Colonia así que no puede ser el principio. El principio en Colonia es su "CATEDRAL", porque nada más salir de la Hauptbahnhof (estación principal de trenes), te encuentras con ella. Pongo catedral en mayúsculas porque es lo que todos conocemos de Colonia, pues bien, yo creo que si la catedral de Colonia es la mejor de Alemania ya tengo una cosa menos que ver en todas aquellas ciudades alemanes a las que vaya porque, a mí, la catedral no me gustó. Yo diría: "bueno, sí, una catedral" (léase esto con tono de total desinterés). Sin embargo, esto es como otra tantas cosas en la vida: no tiene nada especial, pero hay que verla e incluso hay que subir a verla. Esto último viene a que subimos los 509 escalones (si no me equivoco) que hay hasta llegar a lo alto de una de las torres. A continuación las fotos.




Sea como fuere, estuvo bien empezar la visita a Colonia con una decepción, porque el resto de la visita no lo fue. Estuvimos paseando junto al río en una zona de césped que estaba muy bien (con un sol genial: para que luego digan que en Alemania no sale el sol) y después de hacer un pequeño picnic (de salchichas y cerveza, kölsch, por cierto) seguimos paseando la ciudad hasta llegar a una zona comercial muy bonita, pero también muy cerrada (recordemos que era domingo, ¿o no lo he dicho?). Como siempre en mi blog: hay pruebas.





(para entender el sentido de esta foto remito al post anterior)



Y como todo: acabó. Para que nadie diga que censuro en mi blog, a continuación una foto de la vuelta a casa.


PD1: (¿se puede poner una postdata en un post?, suena un tanto redundante, ¿no?) Quería poner el título del post en alemán, pero este idioma es tan difícil que no estaba seguro de si era ein Tag in Köln o einen Tag in Köln.
PD2: Raúl también fue con nosotros. La prueba con cara de interesante.


sábado, 18 de octubre de 2008

El grupito ddorf

Soy un desastre, lo sé. Hace mucho que debería haber escrito. ¿De qué sirve un blog que no lo es? No lo sé, pero bueno, yo tengo mi ritmo.

Ya saben todos que ya estoy en Ddorf (ciudad hermosa donde las haya), ya llevo dos semanas trabajando y ahora parece que empiezo a adaptarme. Sin embargo, no me parece de recibo que explique mis experiencias sin presentar antes a las personas con las que estoy viviéndolas. Como ya muchos saben, al mismo tiempo que yo llegaron a D'dorf otras cinco almas (pringadas, por cierto) con las que he compartido la mayoría de cosas que he pasado. Pues eso que aquí están:

Nombre: Yaiza (no, no es canaria)
Alias: Becaria habitat (la de los muebles)
Origen: Madrid (sí, de la capi)
Su misión: Yaiza, con su simpatía, ojos oscuros y saber estar debe asegurarse el fin del imperio IKEA en Alemania y su sustitución por Zara Home o cualquier otra tienda de muebles de la madre patria. Al final será una macro superficie diseñada en plan laberinto, pero en el que los muebles en lugar de llamarse "svenco", "hulmit" y cosas así se llamarán "paco", "maría"... Por supuesto, para conseguir sus objetivos Yaiza está dispuesta a montar todos los muebles que hagan falta y conseguir que a los alemanes les gusten tanto que no se atrevan a dejarlos nunca en la calle (cosa muy alemana por otro lado).


Nombre: Victoria (Vicky)
Alias: Becaria Agro (tomates, naranjas, chirimoya ¿?)
Origen: Bilbao, pues
Su misión: Que todo el mundo coma tomate canario. Creo que le han asignado alguna tarea, pero totalmente intrascendente ante esta, la principal, la única. Para ello, Vicky no dudará en utilizar sus armas de femme fatale (que la niña es un encanto) si así consigue que los alemanes dejen de comer senf (mostaza) y se pongan a comer salsa de tomate canario.


Nombre: Lorena
Alias: Becaria vino (borracha)
Origen: Alicante
Su misión: En los ratitos que esté sobria entre cata y cata, Lorena debe intentar que los alemanes se vomiten todos si se les sirve un vino italiano, francés o de cualquier otra procedencia que no sea española. Bajo mi influjo dará especial cobertura a los malvasías. Les aseguro que Lorena sabrá conquistar a los alemanes. Al resto ya nos ha conquistado.


Nombre: Patricia
Alias: Becaria moda (fashion victim)
Origen: Barcelona
Su misión: Probarse zapatitos, ropita, maquillaje y jugar con las muñecas de famosa. Bueno no, eso es lo que a ella le gustaría hacer. Patricia debe asegurarse de que las celebrities alemanas (que sí, que alguna hay) vayan vestidas de Agata Ruíz de la Prada, no es exactamente su misión, pero sería súper divertido. Todos estamos seguros de que con su punto de locura deliciosa lo conseguirá.


Nombre: Raúl
Alias: Becario servicios personalizados (¿qué?, ¿qué clase de servicios?, ¿acaso el icex está induciendo a prostitución?, ¡QUÉ NO!, sigue leyendo)
Origen: Asturias (patria querida)
Su misión: Atender a los caprichitos de las empresas españolas. Que el señorito quiere saber cómo va el mercado del mejillón macho en Alemania, pues Raúl se lo dice. La frescura y naturalidad de Raúl serán sus mejores armas.


Finalmente, estoy yo. El informático. ¿Mi misión?, crear accesos directos, grabar cd's y aguantar a estos cinco, que no es poco.

lunes, 6 de octubre de 2008

Ich bin schon in Düsseldorf

Son las 6:00 de la mañana y llevo ya tres horas y media sin dormir, en un par de horas empiezo en la oficina. Parece ridículo que no pueda dormir por empezar un nuevo trabajo, de hecho no me siento nervioso. Sin embargo, aquí estoy. He creído mejor aprovechar el tiempo actualizando este blog a estar en la cama dando vueltas.

El miércoles al medio día volé de Santa Cruz de la Palma a Madrid y de ahí a mi destino final: D'dorf. Llegué a las 22:00 (más o menos) y esperé en el mismo aeropuerto a Lorena y Patricia que llegaban también a esas horas. Vi que llegaba el vuelo de Alicante (el de Lorena) y miré para reconocer entre todos aquellos rostros "guiris" alguno que pudiese ser español. No tuve que esperar mucho, ella me reconoció a mí. Se me acercó con una sonrisa y se presentó. Enseguida se fue a buscar su equipaje, como había tanta gente también esperando, ni corta ni perezosa se subió a su carrito y se quedó ahí mirando, como una vigía. Al rato llegó el vuelo de Patricia (desde Barcelona) a ella sí la había visto en una ocasión en Madrid, así que la reconocí. Nos saludamos y esperamos por el equipaje de ambas.

Salimos deprisa del aeropuerto: las dos tenían mono de un pitillo. Nos plantamos en la puerta a hablar mientras ellas se fumaban hasta dos cigarrillos y mientras decidíamos qué taxi coger, necesitábamos uno grande: entre los tres sumábamos unos 120 kilos de equipaje (y eso sin haber pagado un kilo de sobrepeso: trucos que tiene uno). Cogimos un taxi y rumbo al hostal donde nos reuniríamos con nuestros otros tres compañeros. Llegamos al hostal. Patricia le hizo una llamada perdida a Vicky para que bajase a abrirnos. Al rato, apareció Vicky en la puerta. Nos saludamos y nos dió la buena noticia: no hay ascensor. Entonces todo se volvió un poco confuso, aparecieron Yaiza y Raúl, subimos equipaje, volvimos a bajarlo (se entra por la primera planta, pero luego la habitación está abajo) y después de unos minutos de caos y ruido estábamos los seis en la habitación. Hablamos con un poco más de orden. Creo que nos sopesamos los unos a los otros: todos parecen simpáticos. Hablamos de todo un poco: nos quejamos del destino, decidimos cómo presentarnos al día siguiente en la oficina, qué ropa llevaríamos... Nos acostamos y dormimos.

A la mañana siguiente nos levantamos. Todo un poco precario. Varios de nosotros no trajimos toalla (cada kilo cuenta), así que terminamos secándonos con la funda de la almohada. Subimos a desayunar: pan, mermelada, nocilla, café. De ahí rumbo a la oficina (mit dem S-Bahn) a presentarnos. Cogimos al Consejero por casualidad: salía de vacaciones. Nos enseñaron la oficina (los becarios autonómicos: Xuxo, Fernando, Eike y Helena) y después de una hora y media nos fuimos: habíamos quedado con nuestros caseros para recoger las llaves. Lorena y yo vinimos a coger mis llaves (hübsch, hübsch le dijo varias veces la casera a Lorena) y luego las suyas (representante de inmobiliaria muy cercano a una caricatura).

Vuelta al hostal para coger sendos taxis para llevar el equipaje a las respectivas casas. Yaiza, Patricia y Raúl aún no tienen casa, así que Yaiza y Patricia se quedarán con Vicky y Raúl conmigo.

El resto de los días han transcurrido en un desorden divertido. Mi piso se ha convertido en el cibercafé para la búsqueda de piso y en estos días hemos salidos todas las noches terminando en cada una de ellas en algún local por lo menos curioso (casa de época al estilo de palacio vampírico, antro de pachanga y bar mexicano de cócteles). Hemos comido (no en este orden): japonés, turco, pasta, pasta, tarta, helado, sandwich...

Lo dicho, han sido uno días de lo más peculiares y parece que no vaya a cambiar en los próximos días. Sin embargo, no me puedo quejar, porque he tenido mucha suerte con mis compañeros y, dentro de la locura, nos hemos divertido mucho.

En el siguiente capítulo: contrato Dudo...

domingo, 5 de octubre de 2008

sábado, 4 de octubre de 2008

SPC

Intentaré que cada viaje que haga (espero que sean muchos) quede reflejado en este espacio. Así que no parecía lógico dejar de mostrar un poquito de Santa Cruz de La Palma. Antes de partir hacia Alemania pasé tres días en ella. Di un paseo por la ciudad (microciudad) para recordarla y quizás descubrirla y para que todos los que leen esto también puedan hacerlo.






Esta es una foto que siempre quise hacer: creo que tiene mucha fuerza visual, todos esos zapatos amontonados y delante el incansable zapatero. Me acerqué y le pedí permiso, en principio me dijo que no, que tenía vértigo. ¿Vértigo?, no lo entendí. Al final me dijo: "quítala, quítala"; así que la "quité".

Ahí te dejo Madrid

Cuatro millones de personas concentradas en el centro de España. Todos ellos están en el metro: al menos lo parece. No, no. Me dicen que todos están en sus coches camnino del trabajo. Los del metro leen; leen todo el rato, no paran ni cuando cambian de vagón, siguen caminando y leyendo e interrumpiendo a los que van detrás y no leen. Pero esos también leen: leen los libros que los otros llevan. Por eso algunos forran sus libros, para no poder ser leídos. Los del coche esperan; ¿qué remedio queda? Esperan y se mueven despacio y odian y se cuelan. Pero por dentro van rápido, por dentro se mueven, nunca paran como la ciudad. Hay cuatro millones de personas (ninguna de Madrid) y también parece haber millones de teatros, de espectáculos, de experiencias; y hay millones de tiendas, millones de consumidores. Consumen cuando no van en el metro o en el coche. Hay millones de jardines para los millones de personas. Millones de jardines y un gran parque: El Retiro. Tocan tambores y bailan y escuchan. Vuelven al metro o al coche. Vuelven a consumir y vuelven a los jardines. Millones de personas y millones de adictos a ella: Yo soy uno de ellos. Ahí te dejo Madrid, pero volveré.


Se acabó

Divertido, sorprendente, intenso, novedoso, único y corto; así ha sido el tiempo que hemos pasado haciendo el curso del ICEX en Madrid, bueno, no el curso. El curso en sí mismo ha sido un rollo, pero el tiempo que pasábamos al salir, fue eso y mucho más. Este post, como otros tantos posts y correos que he leído es para dar las gracias a todos y cada uno de los que hicieron que eso fuese así. Con unos creé más relación que con otros. Sin embargo, de todos obtuve algo positivo. Gracias.